miércoles, 28 de octubre de 2015

BIOMAGNETISMO MEDICO

En medicina el Biomágnetismo consiste en la aplicación de imanes de una determinada polaridad ( carga + positiva  o  negativa) y de igual fuerza (Gauss) en puntos específicos del cuerpo humano formando pares (par biomagnético) con el fin de restablecer el pH (proporción de hidrogenios) y, a través de ello, privar a los agentes biológicos patógenos de su medio ambiente.

El “par biomagnético” establece resonancia  magnética  entre sí, esto es una especie de comunicación a distancia a través de electrolitos entre una zona de de pH + o ácido en que residen virus y hongos y una zona de pH – o alcalino en que viven bacterias y parásitos que conforman su polo opuesto.

Al restaurarse  a través de los imanes el nivel energético normal (NEN) del cuerpo, se elimina  la simbiosis o asociación de microorganismos patógenos existentes en las zonas más diversas del cuerpo humano que son los causantes de  la mayoría de las enfermedades crónicas. Son las distorsiones del pH las que originan disfunciones en un órgano y con ello la enfermedad. Al corregirse el pH se interrumpe la retroalimentación energética de los microorganismos patógenos, mientras que los microorganismos necesarios para el metabolismo reciben el ambiente propicio para desarrollarse.


Por el uso del “par biomagnético” el Biomágnetismo se diferencia totalmente  de la Magnetoterapia, la que sólo usa uno o más imanes que no establecen resonancia vibracional  en forma de ondas electromagnéticas entre los polos de una enfermedad. Por ello la recuperación del paciente se dificulta ya que la contraparte vibracional de un microorganismo patógeno sigue actuando sin ser obstruida.

El Biomágnetismo es una terapia complementaria o alternativa que no se contrapone a ningún otro tipo de terapia o método terapéutico. Tampoco pretende sustituir otros tratamientos o consejos de un médico autorizado.

Es una terapia diferente a las tradicionales,  sin efectos secundarios o colaterales y no es invasiva. Es una terapia simple, pero altamente efectiva a la hora de erradicar virus, hongos, bacterias y parásitos del cuerpo humano. Los imanes no son tóxicos, tampoco alteran o dañan las células o tejidos orgánicos. El paciente no requiere desvestirse y el efecto de los imanes no causa dolor ni otras sensaciones desagradables, por lo que el paciente puede relajarse tranquilamente durante la sesión.


Se sabe que Paracelso (1500) utilizó imanes con fines medicinales para curar infecciones, llagas, etc. En el siglo XIX se trató de curar la histeria con ellos. En 1970 Richard Boehringmeyer logró medir el polo magnético y es Isaac Goiz Durán en 1988 quien  empieza a desarrollar el Biomagnetismo Médico basándose en los conceptos científicos establecidos. El desarrolla el “par biomagnético” – un imán en cada polo -  y utiliza como sistema de diagnóstico y de evaluación de sus tratamientos con imanes el principio de la Respuesta Muscular Inteligente (Método kinesiológico en que se usa una pierna del propio paciente, la que se recoge o elonga según el caso). Actualmente en varios países,  Mexico, España, Chile, Argentina  se están llevando a cabo estudios científicos a gran escala.

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